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¡Nos mudamos!

 Mis textos e ilustraciones tienen un nuevo hogar, te invito a seguir conociendo la medicina conmigo en  Historia de un fonendo  .
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Paciente

 Así que esto es a lo que se refieren con ser paciente -pienso mientras cuento las líneas del suelo del Centro de Salud. Esperar a que pasen los minutos en la sala de espera. Esperar a que las semanas corran después de una analítica. Esperar a que los meses se sucedan hasta la siguiente cita. Esperar a que llegue un diagnóstico, una respuesta, una explicación. Cuento líneas como si contara ovejas, pero con el corazón acelerado y las manos frías cuando la enfermera sale a pasar lista. Repaso mentalmente una y otra vez lo que quiero decirle al médico, lo que no se me puede olvidar. No he querido hacerme ilusiones esta vez, es difícil que salga de aquí hoy con un diagnóstico escrito en mi historia clínica, aunque me duela todo el cuerpo y esté perdiendo sensibilidad en parches aislados de piel. Es lo que tienen las enfermedades raras. La enfermera abre la puerta y dice mi nombre. Salgo de la consulta con sensación de victoria. No me acordé de todo lo que tenía que decir. No tuve oportunid

Ángeles caídos

' Ángel Caído'  de Silvia Muñoz Hay un tipo concreto de médico que me fascina. Edad media. Aplomo y sabiduría a partes iguales. Saber estar. Buen profesional, mejor humano. Escucha, asiente, educa, sonríe y acompaña. Hay muchos así. Llevan dentro la energía latente y la calma infinita del mar. Reaccionan con determinación ante las circunstancias más adversas, y ya han tenido suficientes vidas (y muertes) a su cargo como para comprender la importancia de los detalles más pequeños y el poder sanador de una caricia. Es el tipo de médico que algún día me gustaría llegar a ser.  Ver a estos profesionales derrotados durante la pandemia, fragmentarse, descomponerse y llorar, me parte el alma. Es incongruente. Como si lloviera hacia arriba o hubiesen dado la vuelta a los relojes. Como ver ángeles caídos.  Siento que la tierra ha cambiado el sentido de giro. Que vuelven los positivos y los ingresos, las cifras suben y el cronómetro cuenta los segundos hacia atrás. Hasta que estén las U

Todo va a salir bien

‘Todo va a salir bien’  de Silvia Muñoz - ¿Por qué no escribes? -me preguntó. - Porque tengo enredos en el pensamiento y no quiero darme tirones. - Deberías desenredarte con letras... Y aquí estoy, frente al teclado una vez más.  El principio de incertidumbre de Heisenberg establece que no puedes conocer la velocidad y la posición de una partícula al mismo tiempo. Para mí nunca tuvo tanto sentido como ahora. Solíamos correr de un lado a otro; trabajo, gimnasio, universidad, casa, trabajo, gimnasio, trabajo, clase, casa... Corríamos tanto que perdimos el valor del momento presente. Mirábamos con prisa hacia delante y se nos olvidó constatar dónde apoyábamos los pies. Ahora hemos frenado en seco. Estamos en casa, casa, casa, casa, casa... Y desconocemos a dónde nos dirigimos y a qué velocidad nos desplazamos. Empecé este curso en septiembre, ilusionada por un año que se iba a parecer poco a lo que yo tenía planeado. Sexto, último curso de carrera. Fiestas, clases, exámenes y

Dioses

'Dioses' de Silvia Muñoz Estoy viva. Y sana. Y cuando soy plenamente consciente de ello se lo agradezco intensamente a la suerte, al destino, al karma y a todos los dioses en los que no creo. Cada vez que una chica joven, con una u otra dolencia o enfermedad, se cruza en la rutina de mis prácticas, me siento culpable. 'Pude ser yo', pienso. Y entonces culpo a la suerte, al destino, al karma y a todos esos dioses cuyo nombre no recuerdo de ser tan crueles e injustos. Yo no hice nada para estar a este otro lado de la mesa. Ella no hizo nada para merecer entrar en esta consulta. Y llega el siguiente paciente y tristemente me olvido. Porque pude ser yo, pero no fui.

Porcentajes

‘Paciente’ de Silvia Muñoz Los médicos (me incluiré en el término, aunque aún es pronto) trabajamos con estadísticas. Son nuestra barrera, fuerte y refugio. Nos respaldan cuando todo va bien y nos defienden cuando no. El año pasado conocí a un chico que, sin saberlo, me enseñó el verdadero valor de los porcentajes. Él había superado recientemente una enfermedad grave. Una de esas que marcan un antes y un después, que hacen que dejes de fumar, reinicies tu vida o empieces a ir a misa. Por entonces esperaba los resultados de 'x' prueba y estaba pendiente de una revisión 'y'. Él me gustaba, me importaba, y yo buscaba respuestas en las páginas de mi libro de hematología, pero sólo encontraba porcentajes. Porcentajes de complicaciones, porcentajes de recaída, porcentajes de superviviencia....Pero, ¿él iba a estar bien? Ninguno de aquellos estúpidos guarismos podía responderme la única pregunta cuya respuesta necesitaba conocer. Nunca supe el resultado de la prueba &#

Hoy no

MediCómic de Silvia Muñoz No quiero ser médico. Hoy no. Da igual cuántas horas (o años) hayas estudiado. Da igual que conozcas la anatomía, fisiología, etiología y patogenia de cientos de enfermedades. Identificar los distintos fármacos, mecanismos de acción o posibles interacciones no es relevante de cara al paciente. Nada lo es. Porque la labor del médico es hacer ciencia, y la ciencia no es justa ni hace milagros. Mi abuela tiene celulitis (inflamación de la piel) por insuficiencia venosa en las piernas. Es una de esas enfermedades crónicas, poco graves pero muy molestas y sin una cura definitiva, y no sé si es por desconocimiento, esperanza o decepción, pero ha decidido sustituir la medicina tradicional por la naturopatía. No estoy en contra del yoga, la meditación, las infusiones y las terapias alternativas. Creo que, en las debidas circunstancias, pueden ser de gran ayuda, siempre como complemento de la medicina tradicional y nunca como sustitutivo, pero unas gotas